Los rincones poéticos, ¿dónde acudir para inspirarse?
Seguramente muchas personas tendrán la inquietud sobre cómo o dónde han nacido las obras de arte más grandes del mundo, las canciones más bellas, o las novelas y poesías más románticas de todos los tiempos, y para sorpresa encontraremos que muchos de los artistas que admiramos, posiblemente han encontrado la inspiración en los lugares más inimaginables, los menos tranquilos y solitarios; que no todas las obras se conciben en un estudio ni en una biblioteca, ni en espacios pulcros, organizados y coloridos, sino más bien muchas veces en su antítesis, no obstante, sean cual sean las características de estos lugares, son espacios que se configuran como inspiradores y que se convierten en una especie de rincones poéticos para cada autor, donde este se puede resguardar, y permiten aflorar bien sea lo que está viviendo, sintiendo o viendo; así pues cada artista tendrá su propio concepto y preferencias de este tipos de espacios de creación.
Los rincones poéticos son esos lugares que por sus características visuales o bien su belleza subjetiva, inspiran a un artista a crear, aunque para algunos sería fácil pensar que es mucho mas cómodo inspirarse y crear en un cielo estrellado como el de Van Gogh o en los campos de Castilla como en los poemas de Antonio Machado o García Lorca con las calles blancas y paisajes culturales de Andalucía, que en un cielo que está a punto de desgranarse con rayos y granizo o el caótico Madrid como la canción de Sabina, no obstante, es precisamente la fuerza y el misticismo de un lugar o de una imagen, lo que inspira a un artista a crear grandes obras.
Para entender qué es un rincón poético, es preciso entonces hacer la distinción entre el significado connotativo de lo poético y un rincón como espacio de inspiración, más no como un espacio de pequeñas dimensiones o el ángulo en el que se encuentran dos superficies, ni poético algo que hable o describa situaciones y lugares meramente “agradables”, sino un lugar que induzca a la creatividad; Yo por ejemplo, hace tres años empecé a escribir lo que sería mi segunda novela literaria, llamada “El peso de las Mujeres Ballena”, una idea que surgió no de mujeres obesas, sino de una imagen que me pareció trágicamente poética y era una playa de Indonesia, atestada de ballenas varadas. Fue precisamente ese primer acercamiento con las ballenas a través de un documental, lo que despertó en mi la inquietud por saber las razones por las que estos gigantes llegaban a la orilla de la playa, donde se volvían victimas de su propio peso, ese que no habían sentido nunca antes, no sabía si esto era como acto de salvación o suicidio.
Fue así como fui creando poco a poco la metáfora de su peso fuera del agua versus el peso de las decisiones, los apegos, los amores y las culpas que solemos cargar a cuestas los seres humanos, así pues, para seguir entretejiendo mi obra fue preciso viajar al mar y a diferentes playas, encontrando en El Mediterráneo y las playas Valencianas de Benicasim y el Grao, las piezas restantes del rompecabezas. Se convirtieron estos lugares entonces en mis rincones poéticos favoritos y necesarios para culminar mi obra, pues, muchas veces mientras estuve sentada en la playa del Grao de Castelló, cerca del puerto, pude completar la imagen metafórica de una Mujer Ballena varada (que era yo) reposando del cansancio de sus apegos y la imagen en el horizonte de buques mercantes llenos de marineros que se acercaban al puerto, esos que en mi historia llenarían de arpones a las Mujeres Ballenas y las harían llegar a la playa donde se harían conscientes del peso que cargaban a cuestas; así pues, los rincones poéticos para cada autor serán diferentes y tendrán que ver con esa conexión que el lugar o su historia le trasmitan para con sus ideas.
Si nos preguntáramos si un espacio poético tiene que ser algo especialmente bello, tendríamos que responder que sí, pero de una belleza netamente subjetiva, pues dependerá de la sensibilidad y el concepto que un artista quiera desarrollar, de esta manera, un río seco puede inspirar la más bella oda al silencio o la más trágica metáfora de la soledad, aunque para una persona menos sensible o incauta a este tipo de estímulos, solo sea eso, un río seco, carente de vida y belleza.
Rincones que no son rincones
Los urbanos
Hay que tener en cuenta que los artistas y las personas altamente sensibles, solemos tener mayormente la capacidad de aislarnos incluso en lugares bulliciosos y muy concurridos, así pues el rincón poético que se crea como guarida creativa, se haya en la cabeza del autor y no necesariamente en el espacio físico, por ello un rincón poético no necesariamente tiene que ser un lugar tranquilo, ni deshabitado, pues en lugares tan agitados como el centro de Madrid o las calles de Manhattan he concebido, historias sobre amores, caos o la soledad misma, eso sí, resguardada en el rincón de un bar, la silla de espera en la estación de metro o un parque como el Retiro en Madrid o el Ribalta en Castelló de la Plana, donde el trasegar natural de la cotidianidad promueve a la inspiración y crea un rincón para la imaginación.
Los rurales
Algunos ejemplos de rincones poéticos que me gusta aprovechar, además de mi estudio en casa, son las calles del centro de un lugar, sobre todo las de pueblos con callecitas empedradas y casas pequeñitas, como las de Castelló, Vilafamés o Morella en la Comunidad Valenciana, esos lugares donde si los viéramos a través de unos binoculares podrían contarnos mil historias.
Los naturales
No podríamos pasar por alto los rincones poéticos en la naturaleza, (además del mar y las playas), yo por ejemplo soy una senderista amateur y llegar a la cima de un lugar, siempre me trasmite ideas, no obstante mi cabeza en el ascenso va capturando imágenes de esos rincones en el bosque donde se refugian los animales, la aridez del desierto, el caudal de un río o cascadas como las del Salto de la Novia en Navajas o las ruinas de una casa o castillo como las que se pueden encontrar por doquier en el desierto de las Palmas en Castelló, casas y lugares que alguna vez tuvieron vida y que hoy solo son vestigios de grandes historias, caldo de cultivo para cualquier artista.
Los insólitos
Otro lugar no tan común y tal vez un poco estrafalario que se puede considerar un buen rincón poético, por lo menos para mi, son los cementerios, lugares donde el bullicio de la vida se aísla casi por completo y se puede disfrutar de la más absoluta paz, vidas extinguidas con tantas cosas que se quedaron por contar; tal vez pueda parecer el rincón poético más bizarro de inspiración, pero puede ser quizá uno de los más dicientes de la existencia o de la inexistencia humana.
Los rincones poéticos son entonces esos lugares donde un artista busca y encuentra belleza, inspiración, algo que contar, es decir, algo con lo que conecta y siente que es a partir de aquella imagen que puede empezar a tejer una historia, una fotografía, una canción, etc., todo dependerá de la conexión que el artista logre crear con ese lugar, donde ese soplo de inspiración le llega, a veces de manera inesperada, a veces por casualidad, a veces buscada, pero nunca gratuita.