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La estética HD-2D para reescribir lo retro

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En 2017 Square-Enix presentaba Project Octopath Traveler, su primer JRPG que utilizaba un motor gráfico que etiquetaron como HD-2D y que se ha convertido en una marca propia. Esta estética se basa en los videojuegos 2D de épocas pasadas (que Square-Enix conoce bien) y le aplica técnicas, recursos y conocimientos del diseño de videojuegos de la actualidad para resaltar la belleza, la jugabilidad y, por supuesto, la narrativa. Las múltiples limitaciones del software y hardware de antaño no facilitaron el despliegue narrativo en el medio. De hecho, la música programática era un apoyo que guiaba al jugador en el espacio y en el relato mediante sugerencias descriptivas e imaginativas. La llegada y la popularización del motor 3D en las consolas domésticas supuso un cambio en la forma de contar historias: disponemos de cámaras, diálogos locutados, iluminación, y un sinfín de etc. que nos permiten crear mundos ludoficcionales utilizando un lenguaje diferente.

El 2D es cosa del pasado, de la vieja escuela, o eso dicen. En cambio, el creciente mercado indie ha popularizado el pixel-art y los juegos de plataformas y nos ha traído de nuevo videojuegos que nos evocan tiempos pasados. No obstante, no habría que limitarse a defender que el 2D es sinónimo de “retro” porque, ciertamente, estamos ante formas discursivas diferentes. Square-Enix ha dotado al concepto “2D” de un aire nuevo: ese “HD” que ha popularizado y que va más allá de la resolución de pantalla. Si bien sus diseñadores admiten que esta estética les facilita recuperar videojuegos retro en forma de remake o remaster, dos de sus éxitos son de nueva cosecha: Octopath Traveler (2018) y Triangle Strategy (2022).

Triangle Strategy (Square-Enix, 2022)

Triangle Strategy (Square-Enix, 2022)

Podemos sospechar que la experiencia de jugar a un RPG táctico o estratégico en 3D como Fire Emblem: Three Houses (Intelligent Systems, 2019) difiere de lo que propone Triangle Strategy (Square-Enix, 2022) con su estilo HD-2D o de uno más clásico como Final Fantasy Tactics Advance (Square-Enix, 2003). Lo mismo lo podemos aplicar a otros géneros. Lo interesante es cuestionarse qué ha aportado ese HD-2D al medio y que ha conllevado que, en apenas unos años, tengamos en el catálogo un total de cinco títulos publicados o anunciados con este estilo como el esperado Dragon Quest III HD-2D Remake o el recién estrenado Live A Live.

Live A Live (Square-Enix, 2022)

Live A Live (Square-Enix, 2022)

 

No podemos limitarnos a decir que HD-2D es resultado de una hibridación de entornos 2D y 3D porque entonces entraría en este saco Fire Emblem Awakening (Intelligent Systems, 2012), Pokémon Edición Blanca y Negra (GameFreak, 2011) y otros tantos títulos. Los propios creadores de Octopath Traveler confesaron en una entrevista que no disponen de ningún manual de estilo que defina lo que Square-Enix etiqueta como HD-2D porque cada equipo lo adapta a la esencia que requiere cada proyecto. Sin embargo, si en algo coinciden estos videojuegos es en el aspecto que recuerda a un diorama o en la hibridación del estilo artístico realista y surrealista con personajes deformados, así que podemos tomar estas características como propias del fenómeno.

Dragon Quest III HD-2D Remake (Square-Enix, Sin fecha)

Dragon Quest III HD-2D Remake (Square-Enix, Sin fecha)

 

Octopath Traveler nos cautiva por unas localizaciones que evidencian la compleja hibridación entre la estética píxel y la tridimensionalidad. Sus escenarios cuentan con una profundidad de campo muy sugerente y están principalmente apoyados por una iluminación tenue que promueve la habitabilidad. El encuadre oscurecido y desenfocado también participa en la composición final. Por tanto, podemos confirmar la evidencia de que el estilo HD-2D trabaja directamente en el aspecto visual, pero ¿qué sucede con el resto de las capas que componen el videojuego? ¿El estilo HD-2D tiene en cuenta la capa narrativa, las mecánicas o el diseño sonoro?

Octopath Traveler (Square-Enix, 2018)

Octopath Traveler (Square-Enix, 2018)

Más allá de lo visual, Octopath Traveler propone desplegar su diseño narrativo por medio de ocho protagonistas que disponen de cuatro capítulos cada uno. Los ocho relatos parecen ser autoconclusivos e independientes, en cambio, a la par que estos capítulos se van cerrando, se revela una narrativa (in)consciente y vinculante que da sentido al juego. A su vez, el doblaje y la banda sonora, que aúna la música clásica, con la ópera y el estilo rock-metal, garantizan la inmersión del jugador. No solo el estilo musical es una hibridación de lo retro y lo nuevo, sino que, además, su diseño sonoro se adapta a la acción, al personaje y a cada jugador, alejándose de la sensación de repetición y redundancia sonora.

Octopath Traveler (Square-Enix, 2018)

Octopath Traveler (Square-Enix, 2018)

Pero ¿podemos encontrar las mismas propuestas gráficas, narrativas y musicales en Triangle Strategy u otros títulos HD-2D? Por suerte o por desgracia, no es posible medir con la misma regla estos videojuegos aunque compartan la filosofía de recuperar, readaptar y embellecer lo retro a nuestros tiempos. Por ejemplo, en Triangle Strategy no encontraremos un uso de la música tan adaptativo como su predecesor y, sin embargo, nos sorprende su diseño de ética que se apoya en un diseño de elecciones y ramificaciones muy interesante. Nos quedamos a la espera de conocer qué refrescante propuesta “HD-2D” traerá consigo Live A Live o el remake de Dragon Quest III y si el estilo propio de Square-Enix perdurará en el tiempo o lo recordaremos como un intento de recuperar y rediseñar los elementos discursivos de los orígenes del medio videolúdico.

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Alberto Porta
Escritor y docente de Escritura Creativa. Actualmente soy doctorando en Ciencias de la Comunicación por la Universitat Jaume I donde desarrollo mi tesis sobre dilemas éticos en videojuegos.

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