Buscando alternativas: la energía Undimotriz
La energía Undimotriz en España
La planta más veterana de energía Undimotriz en España es la de Mutriku (Motrico), en marcha desde 2011, generando 296 KW de electricidad. En febrero de 2020, la planta alcanzó los 2 GW acumulados desde su apertura, convirtiéndola en la undimotriz más longeva del mundo. Un récord que ha conseguido con 16 turbinas colocadas frente a la playa de este pequeño pueblo guipuzcoano.
De inmediato las pregunta que nos vienen son, ¿estamos ante una energia capaz de generar suficiente electricidad?, ¿es barata de producir?
Los más de 8.000 kilómetros de costa que rodean a España ofrecen un gran potencial en lo que a energías renovables marinas se refiere. Sin embargo, soluciones como la energía undimotriz no han tenido tanta proyección como la solar o la eólica. Esta energía renovable generada con el vaivén de las olas empieza a demostrar su potencial por el mundo con modelos menos invasivos y a recibir más atención en las costas españolas.
Valencia y Mallorca inaugurarán nuevas instalaciones
Con diferentes técnicas, esta producción más limpia ya se conoce en Guipúzcoa y en los próximos años dos plantas fijas formarán parte del paisaje de Valencia y Mallorca. Sin embargo, otro proyecto aspira a ser más adaptable y poder trasladar la energía undimotriz por toda la costa allá donde sea más necesario. La compañía Wave Shell Energy ha demostrado en Australia tras un año de prueba toda la capacidad de su plataforma móvil undimotriz.
Valencia hará lo propio en 2023 en el norte del puerto de esta ciudad marítima. La iniciativa bautizada como WEC (Wave Energy Center) es la tercera solución renovable que acogerá España. Una plataforma circular flotante, como un inmenso salvavidas o una argolla, se mueve en la superficie del mar atado por varios cables al fondo marino. Según se deja balancear por las olas, los cables se enrollan y desenrollan en el fondo, activando las turbinas que generan la electricidad.
“El proyecto WEC generará unos 130.000 kilovatios al año, que equivaldrá a reducir en 16 toneladas la producción anual de CO2 de la ciudad”, explica la Generalitat valenciana. Mismo objetivo pero conseguido desde diferentes ideas y técnicas. Un abanico cada vez más amplio para unir la energía generada en el mar con los recursos de sol y viento.
Tras este proyecto están surgiendo otros en la amplia costa de España. Valencia y Mallorca son las siguientes en generar electricidad de esta forma. La empresa Eco Wave Power ha anunciado la instalación de una planta en Port Adriano en las islas Baleares, similar a la que ya se puede encontrar en Gibraltar.
En este caso, la tecnología utilizada se sustenta en unos flotadores conectados a un brazo hidráulico. Solo se necesitan olas de medio metro para activar el mecanismo, pero cuando la altura es excesiva en una tormenta, los flotadores se elevan automáticamente por encima del nivel del agua y permanecen así hasta que pasa la tormenta.
“El movimiento de los flotadores comprime y descomprime los pistones hidráulicos que transmiten fluido hidráulico biodegradable a los acumuladores situados en tierra”, explica la empresa. Ahí se va acumulando presión que después hace girar un motor hidráulico, y el generador, se pone a producir electricidad.
En la isla King, al sur de Melbourne. Una planta eléctrica portátil frente a una paradisiaca playa cerca de una localidad de algo más de 1.700 habitantes, apareció a principios de 2021. Durante un año, la tecnología de la compañía Wave Shell Energy generó durante las 24 horas del día más de 200 kW de potencia utilizando las olas para activar la turbina en esta plataforma flotante. Para hacerse una idea, una lavadora puede llegar a consumir 2,2 KW en un hogar.
Este sistema se ha bautizado como OWC, es decir, oscilación de la columna de agua y sirve como una pequeña gruta en el mar donde se aprovecha el aire que se desplaza con el movimiento de las olas.

Wave Swell Energy Wave Swell
Como si de una respiración artificial se tratara, su peculiaridad es una cámara abierta por debajo de la línea de flotación. El vaivén de las olas, provoca que el agua pase por el mecanismo y al retroceder la ola, genera un poderoso vacío, obligando al aire a pasar por una turbina en la parte superior de la cámara. Si alguna vez ha visitado los Hervideros de Lanzarote, podrá imaginarse con más facilidad la secuencia.
El uso de ese bombeo de agua y aire en la superficie promete ser más eficiente que aquellos sistemas que se centran en generar energía solo del agua de la superficie o el fondo marino. La ventaja reside en no tener tanto contacto con agua salada cuando golpea una gran ola, pues todas las partes móviles del equipo se encuentran por encima de la línea de flotación. Esto aumenta la vida útil del dispositivo, evitando la corrosión de la sal.
Por otro lado, la compañía Wave Shell Energy ha optado por hacer uso de una turbina unidireccional, al contrario que proyectos como el del País Vasco, en los que giran en ambas direcciones. El equipo australiano considera que es una solución más barata y duradera.
Pero donde destaca principalmente este proyecto, frente al resto de plantas que se están creando por el mundo, es en su capacidad para desplazarse. El OWC de Wave Shell Energy puede moverse allá donde se necesite al tratarse de una embarcación. Una vez instalado cerca de la costa, al mismo tiempo que comienza a generar electricidad, se utiliza como una planta desalinizadora para producir hidrógeno con el que alimentar a coches.

Wave Swell Energy en Autralia Wave Swell
Tras un año de prueba, frente a la playa de King Island, su mayor reto era obtener resultados óptimos y constantes. Las olas tienen una intensidad diferente en invierno y verano, pero este tipo de plantas deben generar electricidad de forma constante. Los resultados reflejan una “tasa de conversión de la energía de las olas en electricidad en un promedio del 45 al 50% en una amplia gama de condiciones de olas”, explican.
Esto se ha conseguido revisando durante el primer año el diseño de la tecnología, mientras las olas iban y venían. La plataforma de King Island permanecerá en su lugar al menos hasta finales de 2022 y, con estos buenos resultados, la compañía se prepara ahora para entrar en producción y llevar esta solución renovable a otras partes del mundo.